Fotodinamismo Futurista
La cinematografía no da cuenta de la forma del movimiento. Los subdivide, sin reglas, con mecánica arbitrariedad, desintegrándolo y fragmentándolo sin ningún tipo de preocupación estética por el ritmo. No cabe, dentro de su frio poder mecánico, la posibilidad de satisfacer esa preocupación,
También la cronofotografía de Marey –que es una forma de cinematografía llevada a cabo sobre una única placa o sobre una tira continua de película- fragmenta la acción, incluso si no usa fotogramas para dividir el movimiento que está examinado y fragmentado en tomas instantáneas. Estas imágenes instantáneas son menos, están más separadas y resultan más autónomas que las de la cinematografía; por lo tanto no se puede llamar análisis a esto.
Para decirlo crudamente: la cronofotografía podría ser comparada con el reloj cuyo cuadrante solo indicara los cuartos de hora, la cinematografía con uno en los que también estuviera señalados los minutos y el fotodinamismo con un tercero en el que no solo esta marcados los segundos sino también las fracciones intermovimentales que existen en el paso de un segundo a otro. Esto constituye un cálculo casi infinitesimal del movimiento.
Con el fotodinamismo, al recordar lo que tuvo lugar entre uno y otro estado, la obra trasciende la condición humana y convierte en una fotografía trascendental del movimiento. De modo que cuando se nos dice que las imágenes contenidas en nuestras obras fotodinámicas resultan ambiguas y difíciles de distinguir, no hacen más que describir las características del fotodinamismo. Para el fotodinamismo, es deseable y correcto registra las imágenes de una forma distorsionada, puesto que las imágenes mismas han sido inevitablemente transformadas por el movimiento. Nuestro propósito es alejarnos de la realidad fría y precisa, existen la cinematografía, la fotografía y la cronofotografía.
Buscamos la esencia interior de las cosas: el movimiento puro. Y preferimos ver todo en movimiento ya que, cuando las cosas son desmaterializadas a través del movimiento, se idealizan pero mantienen todavía, en lo más profundo, un fuerte esqueleto de verdad.
Antón Giulio Bragaglia
1 de julio de 1913
Marey y la influencia de la cronofotografía
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