jueves, 16 de junio de 2011

Cronofotografía

Como dice Godard: "Es la historia de Marey, que había filmado la descomposición de los movimientos de los caballos, y cuando le hablaron de la invención de Lumière, dijo: ‘Es completamente imbécil. ¿Por qué filmar a la velocidad normal eso que vemos con nuestros ojos? No veo cuál podría ser el interés de una máquina ambulante'. Entonces, la máquina efectivamente falla entre Lumière y Marey. Hay que volver a empezar desde ahí"[1].


[1] Jean Luc Godard “Propos rompus” en Jean Luc Godard par Jean Luc Godard (Tome 1: 1950-1984) Cahierd cinéma, 1998, pág 467.

La técnica cronofotografía describe el método de Marey para analizar el movimiento mediante una secuencia fotográfica lograda con una única cámara (desde 1883, el cronofotografo de placa fija y luego, a partir de 1888, con la adaptación de los rollos de película Kodad, el cronofotógrafo de placa móvil) en un sentido estricto no debería aplicarse a los estudios de locomoción realizados por Muybridge o por algunos otros pioneros. Sin embargo, la costumbre a extendido el uso del término “cromofotografía” para describir de manera genérica los trabajos sobre descomposición del movimiento que tienen lugar a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Por comodidad, se conserva este sentido amplio 
La cronophotographie, Guthier Villars, París, 1899, pág. 5 

La cronofotografía nuevo método para analizar el movimiento en las ciencias físicas y naturales

Si consideramos la propiedad fisiológica del ojo humano advertimos que este órgano representa, desde el punto de vista dióptrico, un aparato fotográfico con su objetivo y su cámara obscura, en donde los parpados constituyen el obturador mientras que la retina, sobre la cual viene a formarse las imágenes reales de los objetos exteriores, es la placa sensible.
Lejos de ser permanentes, las imágenes retinianas son fugitivas: persisten allí algunos instantes, prolongando la duración aparente del fenómeno que las ha hecho nacer. Esta propiedad de la retina nos  permitir estudiar cómo una imagen fotográfica puede representar un movimiento.
Cuando un niño agita una varilla incandescente y se divierte al ver la estale de fuego que parece ondula en el aire, en realidad esta fotografiando sobre su retina la trayectoria de un punto luminoso; esta trayectoria no es demasiado larga porque la retina no conserva mucho tiempo las impresiones que recibe. En un caso similar, la placa fotográfica proporcionara la imagen entera  y parmente del camino recorrido por el punto luminoso; no obstante, esto no será la todavía la expresión completa  del movimiento ya que esta imagen no expresa más que las posiciones sucesivas ocupadas por el cuerpo luminoso al abstraer la duración de su recorrido.
Para expresar completamente los tarsos del movimiento es necesario introducir en la imagen la noción de tiempo, lo cual se optime al hacer actuar la luz de una manera intermitente y a intervalos de tiempo conocidos.
Así, si abrimos y cerramos los parpados de una manera intermitente mientras recibimos la impresión retiniana –dos veces por segundo, por ejemplo-, la imagen de la estela de fuego que se pintará en nuestro ojo presentara esas interrupciones. Y número de interrupciones contenidas en una cierta longitud de la trayectoria luminosa, expresara, en medio segundo, el tiempo que móvil ha empleado para efectuar su recorrido. Pus bien estas son pérsicamente, las condiciones de la cronofotografía.
Étienne-Jules Marey
Revue générales des sciences pures et apliques n 21
15 de noviembre 1891







GEORGES DEMENY ayudante de Marey retratos hablados

Que feliz seria la gente si pudiera ver de nuevo, en un instante, los rasgos vivientes de una persona fallecida. En el futuro, la fotografía fija, limitad dentro de su marco, será remplazada por el retrato animado que, con una vuelta de manivela, cobrara vida. Las expresiones faciales serán preservadas, así como la voz es preservada en el fonógrafo. Solo se necesita combinar a este último con el fonógrafo para completar la ilusión.
Coe Brian, Muybridge and The Chronophotographers, op, cit; pag 56. 



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